Los bebés inteligentes siempre juegan

Permítele al niño que observe sus manitas y pies, se los lleve a la boca y se mueva libremente. En esos momentos su cerebro procesará grandes cantidades de información.

Las actividades lúdicas, donde emplees muñecos o productos con diversas texturas (áspero, suave, corrugado), tamaños, temperaturas (frío, aliente, helado, tibio), formas (geométricas, asimétricas, irregulares) y colores (rojos y amarillos), estimularan la inteligencia de tu niño.

Proponte cada día inventar un juego diferente, recuerda que en los primeros tres años de vida, tu hijo asimilará muchas experiencias, que le permitirán comprender el mundo donde se desenvuelve. Los pequeños se distraen fácilmente con cualquier objeto, pero evita en lo posible que manipule piezas puntiagudas o cortantes.

Recuerda además que él intentará llevarse a la boca todo lo que encuentre a su alcance, por lo que la higiene y pulcritud debe ser la regla.

El bebé estará listo para socializar con otros infantes en la medida en que tú le presentes a otras personas. Háblale con suavidad de lo mucho que lo quieres, nárrale un cuento y cántale melodías sencillas que le resulten habituales, pero sobre todo, no dejes que pase mucho tiempo sólo, sin el calor humano o la atención de un ser querido. La voz humana les gusta más que el silencio absoluto.

Todos los miembros de la familia pueden compartir con el niño y asegúrate que nadie se sienta relegado. En ocasiones, la cantidad de juguetes no es tan importante como la calidad de los momentos que pasa en compañía de sus parientes cercanos.