La sexualidad se habla en casa

La sexualidad se habla en casa

Los niños comienzan a inferir las diferencias sexuales desde muy temprano, Quizás desde los 2 años. Desde ese momento, es importante comenzar a responder sus preguntas y hablarle con la mayor naturalidad posible, de la misma forma en que comentaría cualquier otro asunto.

Recuerdo que recientemente un bebé de cuatro años me preguntaba por qué yo usaba zarcillos y por qué razón él no tenía, Le expliqué rápidamente que las mujeres suelen usarlos para embellecerse y que los niños varones no suelen ponérselos. No obstante, es importante indicar que este ejemplo a veces puede no resultar, dado que algunos hombres adultos sí llevan aretes.

Más adelante, como a los cinco ó seis años, el menor puede interesarse por las diferencias anatómicas entre hombre y mujeres. ¿Por qué las mujeres usan sostenes?, ¿Qué son las toallas sanitarias?, ¿Por qué papá tiene pelos allí abajo? Algunos padres optan por bañarse en la misma regadera con sus hijos a fin de que fluyan las preguntas y puedan darle respuestas a las inquietudes infantiles. Eso dependerá del pudor de los padres y de la libertad que sientan al hablar de sexo. Y es que no podríamos hablar de este tema desde un punto de vista exclusivamente fisiológico. Es preciso desarrollar la conciencia sexual del menor, antes de que inicie la adolescencia. A continuación algunos consejos elementales:

Asegúrese de que sus explicaciones no sólo sean de tipo biológico. Los niños también necesitan aprender sobre las emociones, los valores y los procesos de toma de decisión.

No se preocupe si cree que ha dicho «más de la cuenta» a su hijo. Casi siempre los pequeños partan su atención cuando no entienden el vocabulario o las acciones.

Si su hijo o hija dice alguna grosería, explíquele sin inmutarse el significado de los que acaba de decir. Después razónele por qué usted no quiere que él o ella digan tales palabrotas. Revise su conducta. Los niños imitan a los padres, es probable que haya escuchado la grosería de usted. No olvide que si su hijo o hija dice algún improperio y usted u otro adulto se echa a reír, es seguro que su niño repetirá la gracia.

Procure utilizar términos reales para referirse a los órganos sexuales. Evite los vocablos como «pipí» en lugar de pene o «cosita» en lugar de vagina.

Es necesario que incluso las criaturas en edad preescolar aprendan a protegerse de adultos inescrupulosos que abusen de ellos. Eso significa que usted debe hacerles entender que es correcto decir «no» cuando un adulto desconocido quiera propasarse. Dígale que cuando se sienta extraño con las insinuaciones de un adulto puede contarle enseguida a sus padres. Recuerde mencionarle que no acepte caramelos o chocolates de los desconocidos.

No espere que su hijo o hija sea adolescentes para hablarle de la menstruación, los cambios físicos como el desarrollo de los pechos y el vello púbico. Las emisiones nocturnas pueden ocurrir muchas veces sobre la edad de 10 a 12 años. Vale la pena comentarles sobre el embarazo precoz y los métodos anticonceptivos.

Cuide de explicar a sus hijos temas difíciles como la prostitución o la homosexualidad. Piense que de todas formas están expuestos a esos temas en televisión, revistas y entre sus propios amigos.

Permita que su hijo no tenga recelo en preguntarle cosas relacionadas con el sexo. No le desconcierte. Si no conoce la respuesta puede buscar en enciclopedias y tratar de ofrecerle una respuesta. Compruebe que sus palabras han sido bien interpretadas. Otorgue a sus hijos el chance de formular preguntas derivadas de su primera cuestión.

La educación sexual de los niños

Todo lactante, niño o niña, empieza a frotarse o tocarse los genitales tan pronto como es capaz de ejercer su coordinación motora. Se trata de una manifestación completamente normal que le procurará al bebé un bienestar.

Si bien es conveniente que los padres eduquen a sus hijos desde chiquitos lo referente a las pautas sociales aceptables, haciéndoles saber que no se exhiben las partes íntimas en público, no es correcto que usen frases como «no te toques ahí abajo» o «eso no se hace». El negativo impacto de esos mandatos, puede constituir a la larga la primera causa de disfunción eréctil.

Los niños a menudo aceptan el cuento de la cigüeña sin entrar en más interpelaciones o cuando se les dice sobre la «semilla» que papá planta en mamá. Como su imaginación es muy prodigiosa es posible que se imagine que dentro del cuerpo de su madre hay abundante tierra fértil o algo por estilo. Recuerde que la capacidad metafórica de un niño de tres ó cuatro no esta totalmente desarrollada. Igual ocurre con el proceso de lactancia. Explíquele que la mamas de su progenitora fueron acondicionadas por la naturaleza o El Creador para alimentar al bebé. Algunos niños podrían creer que la leche sale como de un grifo o que se puede comprar en el supermercado.

Un niño de cinco años sin una información directa y franca sobre el tema sexual puede obtener educación sexual de los chistes y bromas. Los menores aprenden rápidamente la diferencia entre un chiste «colorado» y uno «decente». Con lo que crean la actitud de que el sexo es una cosa poca decorosa o para no tomarse en serio. A esa edad, los niños empiezan a formarse ideas sobre el sexo, basándose en la observación de los intercambios afectivos entre sus padres. Si estos pelean constantemente o se dicen «no me toques» pueden entender que la intimidad no siempre es buena. Todo padre que se refiera al sexo como algo «sucio» o «indecente» crea en el joven (de 2 a 12 años) una actitud patológica hacia éste.

Fuente de estos articulos en https://reforma.com/familia (diario de México)