Hospitalización

Frente a la realidad de una operación, la enfermera debe obtener la confianza del niño y los padres han de recibir adecuada preparación psicológica. Una de las situaciones más tensas en la vida familiar es la enfermedad de un niño, cuanto más una intervención quirúrgica por sencilla que ésta sea.

Las causas de cirugía pediátrica varían de acuerdo a la edad del niño: en los recién nacidos están íntimamente ligadas a las malformaciones congénitas, atresias esofágicas, estenosis hipertróficas del píloro y obstrucciones intestinales, en lactantes se presentan : vólvulos, invaginaciones, estenosis, perforación de los intestinos.

En preescolares, escolares hasta adolescentes los motivos de cirugía más comunes son: Apendicitis, Obstrucción parasitaria y traumatismos.

Si bien todo paciente quirúrgico exige una atención especializada, al tratarse de un niño la asistencia debe ser responsabilidad de un personal altamente preparado, con gran sentido humanitario, capaz de brindar atención integral que comprenda desde la preparación física del menor hasta el manejo emocional de él y sus padres.Deberá poseer un alto sentido de responsabilidad implícita en el cumplimiento de sus funciones.

De allí la importancia de la cabal capacitación del personal de enfermería para ofrecer una atención sistematizada y apoyada en principios científicos comenzando en el pre-operatorio hasta la recuperación total de la salud del niño con un mínimo de estrés psicológico para los padres y su hijo, sin complicaciones ni secuelas.

El apoyo emocional a padres e hijo enfermo está basado en que todo lo que estresa causa temor. Mucho más el desconocimiento de las situaciones en sí mismas y las posibles consecuencias futuras por lo cual el personal de salud sobre todo las enfermeras, han de planificar su respaldo dando a conocer de manera sencilla los procedimientos, la razón de su realización los resultados esperados, beneficios e incluso, lo que se espera de ellos.

La presencia de los padres

Es una decisión controversial dependiendo del médico y personal presente durante el ingreso, sumado a las condiciones del niño. No hay nada más difícil para él que la separación violenta de sus padres cuando siente que más los necesita.

Orientando la Conducta Paterna

Debe explicársele el procedimiento a realizar, los resultados esperados, las razones de la acción médica y beneficios inmediatos. «Al niño además de explicarles lo necesario, durante el procedimiento se le deja llorar, gritar o expresar temor, ira o dolor porque al inhibirles sienten que no son comprendidos a la vez que son injustos con él».

Las intervenciones quirúrgicas pueden ser de urgencia, o planificadas. Las primeras permiten que en el período de tiempo que transcurre entre la decisión médica de operar y la intervención en sí es muy corto; por lo tanto la preparación psicológica del niño y sus padres es mínima.

Las intervenciones electivas son las pautadas con tiempo. Entonces el paciente puede recibir una preparación capaz de disminuir sus temores mediante juegos, lecturas y conversaciones sinceras donde el personal de salud responda a sus interrogantes.

Es mejor facilitarle el conocimiento sobre su actividad post-operatoria, porque algunas operaciones produce dolor por lo que les da miedo respirar profundo y esto provoca complicaciones. En el pre-operatorio, soplando plumas, papelitos y compitiendo con otros niños se preparan para que estas indicaciones no les extrañen y acepten participar posteriormente.

El niño con Cáncer

Es uno de los pacientes que con relativa frecuencia va al quirófano, sin olvidar la quimioterapia y radioterapia a la que es sometido, en busca de la recuperación de su salud. Su manejo psicológico no varía porque él no es diferente a niños con otras patologías. Es un menor enfermo y como tal debe tratarse. Los aspectos generales de la cirugía deben aplicarse.

Respuesta Familiar

La comunicación sincera con la familia es determinante. Las estadísticas de curaciones de niños con cáncer alcanzan en oportunidades hasta 80 por ciento después de un diagnóstico precoz y tratamiento bien aplicado.

Lo indicado es enseñarles sobre la atención del niño dentro de su enfermedad y la manera de acelerar su mejoría, confiando siempre en los profesionales responsables del tratamiento.

Los niños captan con facilidad cualquier desconfianza de los padres por lo que algunos rechazan los tratamientos, sin darse cuenta del perjuicio.La enfermera debe actuar con seguridad porque conoce las medidas para ayudarlo.

Si el niño confía en quien practica el procedimiento presenta menos resistencia y facilitará el éxito de su objetivo. Conocer la psicología infantil le permitirá aplicar diferentes técnicas para manejar las reacciones, porque se trata de un ser cambiante día a día, en su desarrollo físico y emocional.