El herpes genital durante el embarazo

Durante el embarazo, es muy importante que la madre tome en cuenta una serie de precauciones para asegurarse de estar haciendo todo lo que está a su alcance para tener un bebé sano y fuerte.

Una vez que la madre confirme su embarazo o sospeche que se encuentra en estado, deberá pautar una cita prenatal. En dicha cita, el médico evaluará el estado físico de la madre, el bebé, la semana en la que se encuentra y deberá realizar una serie de pruebas para verificar si la madre padece o no de alguna condición que ponga en riesgo el embarazo, su salud o la del bebé.

Una de las pruebas que deberá realizarse la madre tiene como objeto la verificación de la presencia de enfermedades de transmisión sexual (ETS), tales como la gonorrea, sífilis, clamidia, tricomoniasis, herpes, etc. El diagnóstico temprano de la mayoría de las ETS previene el riesgo de que el bebé pueda padecer daños a su salud en corto, mediano y largo plazo.

¿Qué es el herpes?

El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual que se ha vuelto cada vez más común en los últimos años. En muchos de los casos, los síntomas del herpes genital son muy leves y tienden a confundirse con afecciones de la piel, por lo que muchas personas que presentan la enfermedad no saben que están infectadas.

Cuando se presentan, los síntomas son:
• Ampollas en los genitales, la boca o el recto
• La primera vez que la persona presenta las ampollas, suele tener síntomas como fiebre, dolor en el cuerpo e inflamación de ganglios cercanos

¿Cómo puede afectar el herpes al bebé?

Los riesgos de tener herpes durante el embarazo son:

• Si la madre tiene una infección recurrente en el embarazo, el bebé tiene alrededor del 1% de contraer la enfermedad
• Aumento del riesgo de tener un aborto espontáneo
• Aumento del riesgo de tener un parto prematuro
• Defectos de nacimiento

Muchos médicos prefieren que la madre dé a luz mediante una cesárea programada para que el herpes no sea contagiado al bebé, ya que podría ser fatal. La decisión del médico variará dependiendo si el herpes está activo o no en el momento del parto.

Es decir, si en el momento del parto la madre presenta ampollas en el cuello uterino o en el área genital o cualquier síntoma asociado a la enfermedad, el médico optará por la realización de una cesárea para evitar que el bebé esté en contacto con la infección.