Dibujos infantiles revelan la personalidad

La actividad predilecta de los niños entre 15 y 17 meses de edad, es rayar y mezclar colores con sus creyones o pinturas líquidas. Algunos investigadores, consideran que estos inocentes dibujos reflejan considerablemente, el estado de ánimo y los sentimientos del pequeño artista.

Variables como el tamaño de las figuras, la intensidad de los colores utilizados y la ubicación de los trazos en la página, permiten descubrir cómo el bebé interpreta el mundo que lo rodea.

La ansiedad e inseguridad se manifiesta en las líneas muy marcadas, que quedan en relieve por el reverso de la hoja. Asimismo, la predominancia del color negro o marrón en sus primeros garabatos, puede ser calificada como un indicio del temor infantil a la oscuridad y a las pesadillas nocturnas.

Cuando los dibujos son minúsculos y se sitúan en la parte inferior izquierda de la página, el niño puede ser extremadamente introvertido y no se atreverá a imponer su voluntad sino que preferirá que otros decidan por él. Por el contrario, si el trazo es amplio, colorido y cubre todo el espacio con formas redondeadas, el niño posee un carácter alegre, activo y extrovertido.

Aprender jugando

Para evitar que tu hijo raye las paredes con sus creyones es conveniente que disponga de suficiente hojas de papel y que, desde el principio, conozca las limitaciones. Si el bebé ya es suficientemente grande, también puedes intentar algo divertido, sugiérele que te ayude a dibujar un mural (con pinturas no tóxicas) en las paredes de su habitación. Puedes pintar las caricaturas favoritas o alguno motivo que sea de su agrado.

Si los padres hacemos lo posible por favorecer las habilidades artísticas en nuestros hijos, para que las ejerciten a través de juegos sencillos y concursos estimulantes, entonces estamos ayudando a consolidar sus destrezas y apoyándolos adecuadamente. La pintura y el dibujo a mano alzada, incentivan el talento creativo del menor, potencian su imaginación espacial y su capacidad abstracta.

Aunque tu bebé tenga dos o tres años, puedes enseñarle algunas nociones básicas espaciales como la perspectiva y la geometría. Poco a poco entenderá la diferencia entre cerca-lejos; arriba- abajo, izquierda-derecha, dentro-fuera, grande-pequeño, etc.

Hay que hacerlo a modo de juego y darle instrucciones simples. Por ejemplo: dibuja con un marcador una circunferencia en el centro de un papel y dile que trace una raya encima de la figura (puede ser vertical o horizontal) y que marque un punto debajo de la circunferencia.

También puedes probar utilizando una cinta adhesiva de color. Pégala en el piso creando un cuadrado. Pídele al bebé que se siente dentro de la forma y suminístrale otra cinta de color para que pegue tantas tiras como desee, pero fuera del cuadrado. Explícale lo que significa estar dentro y estar fuera; lejos y cerca.

El placer del movimiento hace que, desde muy pequeño, les guste el hecho de dejar una marca o huella del recorrido de su brazo, manos o pies. Lo repiten de forma compulsiva cambiando de color, dirección y lugar.
Con la práctica a medida que crecen, aprenden a controlar las dimensiones del garabato y a seleccionar el lugar donde plasmarán sus dibujos. Puede ser en un papel, la arena de la playa, la tierra del jardín, una camiseta o la pared del cuarto.

Puede ser que te parezca que sus trazos son iguales siempre, pero no es así. Hay signos simples que se sitúan en el centro como una «lugar preferente».y otros que se confunden entre sí, por medio de complicadas relaciones. Lo que interesa es poder descifrar la medida o variedad de líneas y formas.

Símbolos que expresan sentimientos

El tamaño de las figuras o cómo las dispone en el papel son pistas para conocer rasgos de su carácter. La aparición frecuente de algunos signos pueden indicar perturbación, ansiedad, agresividad, inseguridad, tristeza o inhibición.

Características gráficas del desánimo:

– Sus garabatos son excesivamente pequeños.
– Dibuja en un extremo, casi al borde, de la hoja.
– Borra con frecuencia y tacha.
– El trazo es tan débil que casi no se ve.
– Los dibujos son esquemáticos si mucho detalle.
– Ausencia de colorido: empleo de un solo color o presencia de tonos oscuros.
– Repetición del mismo trazo, aunque en ocasiones le cuesta finalizar sus dibujos.

Es conveniente prestar atención al dibujo infantil porque es el mecanismo de expresión predilecto de aquellos que aún les cuesta definir sus emociones. Sus trazos denotan cuál es el significado que ellos dan a las situaciones cotidianas, la forma en que perciben a las demás personas, lo que quieren, cómo las ven y el valor que les otorgan.