Desarrollo

El primer año es la época mas emocionante en la vida de tu hijo pues los cambios se suceden en forma vertiginosa. En solo doce meses se convertirá en toda una personita que habla, camina y te sorprende a cada momento con nuevas destrezas y habilidades.

Parece mentira que ese pequeño cuerpecillo de los primeros días se desarrolle a tan enorme velocidad y que al cabo de doce meses se convierta en un personaje que anda por sí solo, pronuncia sus primeras palabras y empieza a descubrir el mundo con todos los sentidos.

Es tan apasionante verlo crecer!. Sin embargo, muchos padres se ponen ansiosos ante la duda de si su hijo se esta desarrollando con normalidad y con razón. No hay nada más tranquilizador para nosotros que saber con certeza que todo va bien. La observación atenta, la consulta obligada al pediatra y una buena información, nos ayudará a superar esta etapa y reconocer eventuales trastornos que pudieran surgir.

Pero la naturaleza no puede hacerlo todo sola. Necesita nuestra valiosa ayuda. El bebé aprende a través de los sentidos y somos nosotros quienes debemos estimularle. Es bien sencillo, solo tenemos que comunicarnos con él y mostrarle mucho amor. Las caricias, las miradas, las palabras son imprescindible para su maduración.

Privarles de estas manifestaciones afectivas podría perjudicarle seriamente. Pero tampoco nos obsesionemos, intentando que el niño, a toda costa, se adapte a un gráfico de desarrollo. Cada bebé se desarrolla a su manera y con un ritmo propio que tenemos que respetar.

Vista

Antes se creía que los bebés nacían prácticamente ciegos, pero las últimas investigaciones han demostrado que su capacidad visual esta bastante más desarrollada de lo que se pensaba. Ya antes de salir del vientre, el bebé ejercita su vista abriendo y cerrando los párpados.

Muy poco tiempo después del nacimiento veremos que empieza a realizar movimientos exploratorios con los ojos aunque a esta temprana edad todavía no dispone de suficiente agudeza visual como para distinguir los objetos con claridad.

A los dos meses ya será capaz de seguir el movimiento de una campanilla que tu puedes sostener sobre su cabeza.

A los cuatro meses distingue algunos colores igual que los adultos: azul, verde, rojo y amarillo.

Lo que más atrae al bebé desde los primeros días es el rostro de su madre, según los psicólogos, una cara humana es el estímulo más variado, rico y completo para el bebé.

A los cinco o seis meses ya no solo reconoce los rasgos de la madre, sino también las expresiones que transmite. Por ello es conveniente que mires mucho a tu bebé, cargando tu mirada de diferentes matices y expresiones, como dulzura, sorpresa, tranquilidad, alegría, etc. Esto no te resultará difícil ya que mirar al bebé es algo que nos entusiasma a todos.

Más tarde, cuando el bebé empieza a gatear, conoce una nueva dimensión y ve las cosas de forma tridimensional.

¿Cuándo debemos recurrir al oftalmólogo?

Si tu hijo no es capaz de seguir con la vista un objeto, si aparta, los ojos de una fuente de luz, si bizquean más allá de los siete meses, si se frota los ojos con frecuencia o si ves que tiene la pupila empañada, acude lo más pronto posible.

Oído

Parece que el futuro bebé escucha ya las voces de sus padres desde que están en el seno materno. Cuando nace, nuestro pequeño empieza a distinguir toda clase de sonidos, es muy importante que le hablemos a partir del mismo momento, pues aunque nos parezca extraño, el bebé entiende a su manera.

Estos sonidos y palabras son imprescindible para su buen desarrollo porque escuchando aprende a hablar y a pensar. Un niño que oye mal tendrá dificultades para comenzar a hablar. No importa tanto que le decimos sino como lo hacemos.

Debemos hablarle con ternura ,despacio y acompañando nuestras palabras con gestos. Será la mejor forma de estimular su capacidad auditiva.

Al principio los ruidos fuertes le asustan y le hacen llorar. Nuestra voz suave y cariñosa lo serenará.

¿Cómo saber si oye bien?

Para saberlo podemos dar una palmada o hacer sonar una campanilla. Ante este estímulo nuestro bebé girará la cabeza hacia la fuente de ruido. Si es muy pequeño, al menos deberá reaccionar con una contracción de los párpados.

A los cinco meses, muchos niños dejan de llora cuando oyen una melodía agradable o una voz conocida.

A los seis meses, el bebé ya es capaz de distinguir con exactitud de donde viene el ruido o la música.

Si observamos alguna anomalía al hacer esta prueba, si hay antecedentes familiares de trastornos auditivos, si la madre ha tenido rubéola durante el embarazo o algún problema en el parto, debemos acudir a un especialista. Afortunadamente, cada vez hay más posibilidades de éxito en el tratamiento de trastornos detectados prematuramente.

Tacto

Este sentido también se esta desarrollando desde el nacimiento del bebé. Tocando los objetos que tiene a su alrededor, el bebé descubre diferentes texturas, temperaturas, calidades,. Aprende a través de la piel, por eso debemos dejar que toque a sus anchas, siempre que no se vaya a hacer daño.

A él le encanta investigar en su propia piel frotándose un pie con el otro o alcanzando el pie con su pequeñita manita. Nosotros podemos ayudarle en este proceso acariciándole, dándole amorosos masajes, presionando su cuerpecito o dejándole simplemente disfrutar del contacto con nuestra propia piel.

Y dejemos que juegue desnudo todo el tiempo que pueda.

Olfato y Gusto

Nuestro bebé también distingue los olores al poco rato de nacer. Su olfato se desarrollará muy rápidamente y podrá diferenciar los aromas agradables. Los padres observaremos que si a nuestro hijo le molesta un olor determinado, reacciona moviéndose, haciendo un gesto de disgusto o respirando de una manera distinta.

Si el olor le gusta, su carita se relaja y su expresión se vuelve plácida.Con su sentido del gusto ocurre lo mismo.

Prefiere unos sabores a otros, rechaza los amargos y busca los dulces. Su pequeña boca siempre esta dispuesta a probar y a chupar todo lo que encuentra. Esto puede encerrar algún riesgos.

Siempre estamos temiendo que se trague algo o que se lesione o intoxique. Pero si le proporcionamos los objetos adecuados, el bebé se ejercitará sin correr peligro.

Es delicioso ver como el bebé se prueba a sí mismo metiéndose los deditos en la boca. No le privemos de este placer.

El primer año es fundamental para el bebe y cuantos mas estímulos reciba. Mejor se desarrollaran sus sentidos. Si un niño no ve nunca una sonrisa, no aprenderá a sonreír y si lo privamos de imagines y palabras no se desarrollara su vista, ni aprende a hablar.

Lo mas importante que los padres debemos saber: el bebe necesita mucho amor y grandes dosis de ternura para crecer sano y feliz.